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Mitos sobre los gatos

Los gatos tienen fama de muchas cosas, no les gusta el baño, traen mala suerte, tienen 7 vidas. Pero, ¿sabes cuáles son mitos y cuáles realidad? Aquí te contamos algunos mitos, cuáles son reales, cuáles mentira y de donde salieron.

Los gatos negros son de mala suerte.

Al parecer los primeros datos de gatos acusados de mala suerte son del siglo XIV y se relacionan a la peste, la cual pensaron fue causada por ellos. Los mataron en montones, aunque, lo que no sabían estas desprevenidas personas, es que en realidad era causada por los roedores que transmitían la enfermedad y que los gatos ayudaban a cazar.

Otro de los motivos que comenzaron este mito es, la brujería. Los gatos negros estaban relacionados con brujas porque los solían tener como mascotas. Incluso había la creencia que las brujas se convertían en gatos negros. Una de las historias más conocidas es la de dos hombres que se encontraron con un gato negro, éste se cruzó en el camino y los condujo por un lugar peligroso. Para castigarlo, le tiraron piedras hasta que se escondió en la casa de una anciana acusada de brujería. Al otro día la mujer apareció con lastimaduras y entonces, surgió la idea de que ella misma se convertía en el animal.


Los gatos son traicioneros y no son sociables. 

Quien diga que un gato es traicionero, lo juzga desde su propia perspectiva de humano.

Los gatos son animales a los que se ha intentado domesticar, pero que aún conservan las características propias del cazador solitario. Que sea solitario no quiere decir que no pueda ser sociable.

Su instinto cazador y su inclinación por defender su espacio propio lo llevan a evitar el contacto con otros animales o humanos desconocidos para él. 

El gato no es traicionero, simplemente desconfía de quienes pueden quitarle alguna de sus “presas” que, aun siendo domésticos, conservan en su imaginario salvaje.

Los gatos deben tomar leche. 

Películas y caricaturas han ayudado a creer que la leche es buena para los gatos, si están desamparados, y especialmente si son gatitos. Gran mito.

Los gatos no necesitan, ni deberían beber leche de vaca, especialmente si son gatos con menos de 2 meses de vida, o ya adultos. Sin embargo, es cierto que los primeros la necesitan, si están en época lactante, pero de su propia madre. Los gatos pueden desarrollar intolerancia a la lactosa, al igual que ocurre en los humanos. Los síntomas pueden ir desde diarrea, vómitos, dolor e hinchazón estomacal, pérdida del apetito y gases.

Existen en el mercado algunos reemplazos de la leche materna de gato, como Royal Canin BabycatMilk Leche para Gatitos, que puede suministrarse desde el nacimiento hasta el destete a los dos meses de vida. La fórmula de esta dieta completa para gatitos es lo más parecida posible a la leche de su madre, garantizando un crecimiento regular y lo más natural posible, aportando altos niveles de energía y proteínas.


Los gatos siempre caen de pie.

Los gatos son muy flexibles y cuentan con el reflejo del enderezamiento que, desarrollan a partir de las tres semanas de vida. A una determinada altura, suelen adoptar la postura adecuada para amortiguar el impacto y caer de pie. A menor altura, tienen menos tiempo de girarse sobre sí mismos para aterrizar a cuatro patas. Curiosamente, en estos casos suelen sufrir más daños que en accidentes de mayor altura. De todas formas, aunque caigan de pie, y sea cual sea la altura, los gatos sí pueden lesionarse.

Los gatos le temen al agua. 

Puede que este mito tenga algo de razón pero, News Flash. A algunos perros tampoco les gusta bañarse y seamos sinceros, tampoco a todos los humanos. 

Es cuestión de que los acostumbres al agua desde pequeños, de esta forma, la tarea de bañarlos una vez al mes se volverá menos complicada.

Los gatos provocan enfermedades en los humanos.

Se cree que la convivencia con los gatos ocasiona asma en niños y esterilidad en mujeres, esto es falso ya que por el tamaño, su pelo no puede pasar a los pulmones humanos. Lo que sí puede ocurrir, es que transmitan taxoplasmosis cuando viven en un ambiente poco higiénico y se pasean por trastes de la cocina o artículos de higiene personal. También generan alergia, no debido a su pelo, sino por los restos de saliva restantes tras acicalarse. Para evitar este tipo de alergia, puedes limpiar a tu gato con toallitas húmedas sin alcohol o espumas para baño seco.

Como puedes ver hay muchos mitos sobre los gatos y la razón es, que son mascotas geniales, tiernas y cariñosas que no pueden traerte nada más que buena compañía.

Mitos sobre los gatos

Los gatos tienen fama de muchas cosas, no les gusta el baño, traen mala suerte, tienen 7 vidas. Pero, ¿sabes cuáles son mitos y cuáles realidad? Aquí te contamos algunos mitos, cuáles son reales, cuáles mentira y de donde salieron.

Los gatos negros son de mala suerte.

Al parecer los primeros datos de gatos acusados de mala suerte son del siglo XIV y se relacionan a la peste, la cual pensaron fue causada por ellos. Los mataron en montones, aunque, lo que no sabían estas desprevenidas personas, es que en realidad era causada por los roedores que transmitían la enfermedad y que los gatos ayudaban a cazar.

Otro de los motivos que comenzaron este mito es, la brujería. Los gatos negros estaban relacionados con brujas porque los solían tener como mascotas. Incluso había la creencia que las brujas se convertían en gatos negros. Una de las historias más conocidas es la de dos hombres que se encontraron con un gato negro, éste se cruzó en el camino y los condujo por un lugar peligroso. Para castigarlo, le tiraron piedras hasta que se escondió en la casa de una anciana acusada de brujería. Al otro día la mujer apareció con lastimaduras y entonces, surgió la idea de que ella misma se convertía en el animal.


Los gatos son traicioneros y no son sociables. 

Quien diga que un gato es traicionero, lo juzga desde su propia perspectiva de humano.

Los gatos son animales a los que se ha intentado domesticar, pero que aún conservan las características propias del cazador solitario. Que sea solitario no quiere decir que no pueda ser sociable.

Su instinto cazador y su inclinación por defender su espacio propio lo llevan a evitar el contacto con otros animales o humanos desconocidos para él. 

El gato no es traicionero, simplemente desconfía de quienes pueden quitarle alguna de sus “presas” que, aun siendo domésticos, conservan en su imaginario salvaje.

Los gatos deben tomar leche. 

Películas y caricaturas han ayudado a creer que la leche es buena para los gatos, si están desamparados, y especialmente si son gatitos. Gran mito.

Los gatos no necesitan, ni deberían beber leche de vaca, especialmente si son gatos con menos de 2 meses de vida, o ya adultos. Sin embargo, es cierto que los primeros la necesitan, si están en época lactante, pero de su propia madre. Los gatos pueden desarrollar intolerancia a la lactosa, al igual que ocurre en los humanos. Los síntomas pueden ir desde diarrea, vómitos, dolor e hinchazón estomacal, pérdida del apetito y gases.

Existen en el mercado algunos reemplazos de la leche materna de gato, como Royal Canin BabycatMilk Leche para Gatitos, que puede suministrarse desde el nacimiento hasta el destete a los dos meses de vida. La fórmula de esta dieta completa para gatitos es lo más parecida posible a la leche de su madre, garantizando un crecimiento regular y lo más natural posible, aportando altos niveles de energía y proteínas.


Los gatos siempre caen de pie.

Los gatos son muy flexibles y cuentan con el reflejo del enderezamiento que, desarrollan a partir de las tres semanas de vida. A una determinada altura, suelen adoptar la postura adecuada para amortiguar el impacto y caer de pie. A menor altura, tienen menos tiempo de girarse sobre sí mismos para aterrizar a cuatro patas. Curiosamente, en estos casos suelen sufrir más daños que en accidentes de mayor altura. De todas formas, aunque caigan de pie, y sea cual sea la altura, los gatos sí pueden lesionarse.

Los gatos le temen al agua. 

Puede que este mito tenga algo de razón pero, News Flash. A algunos perros tampoco les gusta bañarse y seamos sinceros, tampoco a todos los humanos. 

Es cuestión de que los acostumbres al agua desde pequeños, de esta forma, la tarea de bañarlos una vez al mes se volverá menos complicada.

Los gatos provocan enfermedades en los humanos.

Se cree que la convivencia con los gatos ocasiona asma en niños y esterilidad en mujeres, esto es falso ya que por el tamaño, su pelo no puede pasar a los pulmones humanos. Lo que sí puede ocurrir, es que transmitan taxoplasmosis cuando viven en un ambiente poco higiénico y se pasean por trastes de la cocina o artículos de higiene personal. También generan alergia, no debido a su pelo, sino por los restos de saliva restantes tras acicalarse. Para evitar este tipo de alergia, puedes limpiar a tu gato con toallitas húmedas sin alcohol o espumas para baño seco.

Como puedes ver hay muchos mitos sobre los gatos y la razón es, que son mascotas geniales, tiernas y cariñosas que no pueden traerte nada más que buena compañía.

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